Quién nos iba a decir...


Quién nos iba a decir que poder salir de casa iba a volverse en un hecho esencial en nuestras vidas.
Quién nos iba a decir que todo se paralizaría, deportes, conciertos, empresas, colegios y hasta la lotería.
Quién nos iba a decir que nos íbamos a preocupar por el papel higiénico o la levadura.
Quién nos iba a decir que nos olvidaríamos un tiempo de viajar.
Quién nos iba a decir que iban a bajar antes los perros que los niños a los parques.
Quién nos iba a decir que íbamos a desear ir a trabajar.
A veces parece que nos real. Pero aquí estamos.
Ya un mes de confinamiento. Haciéndole frente a una situación que nunca antes hemos vivido. 
Haciendo lo mejor que podemos para no volvernos locos. 
Sacando nuestro lado más humano y nuestro mejor humor.

Es una mierda estar en pausa, sí. Pero esta pausa nos está haciendo caer en la cuenta de aquello que no veíamos en nuestros frenéticos días de trabajo. 
Nos está haciendo valorar aquello qué tenemos: familia, amigos… esos planes, cenas, viajes, escapadas. esas tardes tomando un café…
Nos está haciendo mirar desde la calma lo que nos rodea, esa sonrisa de la vecina de enfrente, esos aplausos en señal de “estamos juntos en esto”, que emocionan.
Nos está haciendo pasar tiempo en familia y echar de menos aquello que más queremos.
Nos está haciendo dedicar tiempo a nuestro cuerpo, a nuestra imaginación y a nuestra cultura (leyendo, viendo pelis..)
Nos está haciendo sacar nuestro mejor lado, solidaridad, y nuestro optimismo, porque tenemos humor, actitud y positivismo.
Nos esta haciendo ver que podemos unirnos y ser más fuertes.

Nunca hubiéramos imaginado que el simple hecho de salir de la calle iba a significar tanto. Algo que lo hacíamos de manera automática y a veces hasta quejándonos porque nos gustaría quedarnos en casa.

Di qué no puedes hacer y más valor tendrá.
Di que estamos en una pandemia y donde había discrepancia habrá unión y lucha.
Porque hay mucha gente que nos está dando un ejemplo de humanidad, generosidad, valentía, fuerza (sanitarios, centros de alimentación, farmacias, transporte…).
Y esa es una lección que no debemos olvidar.

Volveremos a reírnos, a viajar, a cenar con amigos, a salir de fiesta y a respirar. Volveremos más fuertes. No sé cuándo, pero volveremos. 



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